21.1.12

Siempre reblogueo pistolas en mi tumblr

Mi papá ya me prohibió usar audífonos mientras ando por la calle.

Uno cree que al salir de su casa y recorrer el mismo trayecto para llegar a algún lugar, tan repetido, tan siempre lo mismo, nunca cambiará. Eran las 10 de la mañana cuando recorrí ese camino, (habría salido 9:45, pero mi estreñimiento produjo un retraso casual en el inodoro) me puse los audífonos y el aleatorio de Oasis a la máxima potencia. ¿Qué serán? ¿6 cuadras lo que siempre camino? Pues como a la segunda seguía analizando el gran vacío de mi vida, con la cabeza abajo, y dos maletas en las manos. Empezó Don't Look Back In Anger cuando mis emos pensamientos fueron cortados de tajo por una mano que movió mi hombro derecho. Era una vecina que he visto algunas veces, me dijo que no me fuera por ahí porque acaban de haber balazos, como nunca se habían escuchado por nuestras calles, tenía 10 minutos quizá que habían sido. La cara de espanto de perro de la vecina me impactó más que saber quiensabe cuántos cuerpos estarían tirados en el pavimento. Me quedé parada, tenía que tomar otro camino para llegar a donde debía ir. Pasó un taxi y me llevó a mi destino y no obedeciendo una de las tantas cantaletas de mi papá, platiqué con el taxista sobre balazos y pistolas. Horas más tarde estaba en el hospital, esperando a que mi papá saliera de la sala de urgencias por un dolor de gastritis crónica, se veía tranquilo y hasta sonriente, ¿qué pedo? pensé, mientras miraba la cara sopor y preocupación de mi madre, que me afectó más que cualquier otra cosa, nunca a mi papá le había pasado eso. Sentí unas reprimidas ganas de llorar, un vacío existencial todavía inexistente al pensar, solamente imaginar, que algo peor habría pasado. Era ese miedo vomitivo de que alguien podría faltar, que es punzante en el pecho.

Cuando supe que pude haber sido parte de una narco balacera, y quizá no sé, haber muerto y caminar por donde siempre caminaba aunque la señora espantada me dijera que por ahí no, no sentí nada. ¿Será que eso fue no tener miedo a la muerte? es como si yo fuera una hormiguita aplastada por los tenis de un gordo. Pero cuando supe que mi papá podría morir o que sientes cerquita ese olor a panteón, se me subió un enorme bolo alimenticio al esófago, impulsado por un terrible dolor, miles de garrafones que mi mamá tendría que cargar sola, vacas muertas en el rancho por la falta de supervisión de mi papá y no sé cuántos ronquidos que no se escucharían en mi casa jamás. Tantas personas tristes por recordar a mi papá como una gran persona. Pfff, cómo quiero a mi viejo.

Si mi autoestima nunca ha sido alta, es porque toda la estima que me podría tener (aunque sí me tengo una poca) es para las personas que amo. Realmente no me importa nada más que el bienestar de mi familia. Si me preocupa mi porvenir es para que mi familia esté orgullosa. Si está mal pensar tanto en los demás, no me interesa saberlo. No creo que eso cambie, al menos no por ahora.

Quién iba a pensar que mi intestino perezoso me salvaría de chingos de balazos y que las gastritis de mi papá, junto a las pistolas de los de la última letra del abecedario, me pondrían a pensar tanto. Si se dieron cuenta, todo está en el aparato digestivo.

2 comentarios:

  1. Es por eso que yo dejo que mi aparato digestivo haga lo que quiera con mi destino.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tendremos que leernos las cartas en una radiografía de la panza.

      Eliminar

Deja tu punch