Cuando era pequeña pasaba mucho tiempo acostada en la azotea de mi casa, claro, cuando me escapaba de mis papás que no me dejaban subir.
Considero tal actitud, hasta la fecha, bastante inteligente y asombrosa, ya que si tú, como yo, no vives en un observatorio o el mirador de tu ciudad, la azotea de tu casa es lo más cerca que estás del cielo.
¿Para qué caminar cabizbajo? Lo infinito sólo sucede mirando hacia arriba, aparte, si bajo la cabeza, se me cae la corona.
Los días ya pasan más rápido, pero no quiero emocionarme. Y empiezo a extrañar Twitter, poquito.
"Porque una vez hayas probado el vuelo caminarás sobre la tierra con los ojos alzados hacia el cielo, porque allí has estado y allí ansías volver". Leonardo Da Vinci
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