Llorar para purificar el alma; llorar hasta que la tristeza no quepa en la nariz; llorar y usar papel de baño, no kleenex para economizar. Llorar como quien tiene una fuga de agua y ningún plomero la puede parar, hasta que no te alcancen las almohadas para ahogar tu pena. Llorar y ver pasar los días como tortuguitas que dan la vuelta al mundo. Llorar moqueando todos los hombros que corren a consolarte, llorar porque ninguno de ellos te ayuda.
Llegará el día de mirar arriba y ver el sol, la tierra y cuanto mire aparecerá bañado de fulgor celestial, toda la tristeza será un mero recuerdo.
Cuánto deseo que eso sea pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu punch