Mi primer gatito se llamaba Kitty, un hermoso persa siamés. Sí, no me importa que sea un nombre trillado, recurrente y predecible para una mocosa preadole pañaluda de 12 años. Kitty, era lo más cercano a la perfección en mi imperfecta pubertad.
Afortunadamente no me puedo quejar cada que regreso a casa, tenemos un gatito que tres años antes, nombré Muñeco, blanco como la nieve.
¡Cuanta gracia y hermosura! es como estar en una silla permanente y en primersa fila de un ballet.Todo lo contrario de los perros, esas criaturas toscas y sucias que no paran de moverse. La gracia rara vez figura entre las virtudes de un can, ¿quién ha oído a hablar de un perro que trepe las tejas sin hacer ruido?
La posesión de un gato a diferencia de los perros, no es un placer utilitario, sino estético. Alguien dijo (con la boca llena de razón) que los perros son prosa y los gatos, poesía.
Vivir en compañia de un minimo es emocionante , porque claramente nunca herirá a una persona a muerte o algo así (como lo haría un perro), es un depredador genuino. Un gato que se agazapa, menea la cola y se lanza sobre la presa sacando el tigre que lleva dentro. Los canes, dado que no son cazadores, carecen de sutileza. Un perro adiestrado para atacar es como un bandido armado con metralleta, en cambio, un gato que persigue a un ratón es como un maestro de tai chi.
Los perros son demasiado complacientes; lo mismo se prestan a manifestaciones genéticas que aceptar ponerse suetercitos del América, llevar correa, abrir refrigeradores para sacar un jugo o atrapar un tonto hueso. Para algunas personas estas cosas son prueba de su inteligencia, yo diría que los verdaderamente inteligentes son los gatos, que se niegan a sufrir semejante humillación.
Claro que es más difícil adiestrar a un gato que a un perro, pero a ellos no les interesa congraciarse con nadie, traer cosas y (¡qué osazo!) ponerse panza arriba y hacerse el muerto.
Un gato da amor, consuelo, caricias, ronroneos pero nunca se someterá a su amo. A quiénes prefieren los perros les molesta tal autonomía y les incomoda que los gatos se siente superiores a los humanos. Yo disfruto la compañia de mis superiores y por eso AMO los gatos.
Los perros presienten muchas cosas, han salvado vidas. Los gatos también perciben nuestros estados de ánimo pero les vale. Los perros tienen mucha afinidad con las personas, los gatos son ariscos, intratables e indiferentes ¡Ah, cómo me gusta la mala vida!.
Los perros nos lamen como si fuéramos un cono de helado, con lengüetazos agradecidos y confortantes, los gatos en cambio nos exploran como instrumentos clínicos, como un los científicos de un laboratorio con su lengua, diminuta y áspera.
En resumen, yo no le importo a Muñeco, pero lo amo, aunque su único trabajo en el mundo sea ser ratonero (y eso, cuando quiere). Quien se case conmigo debe amar los gatos.
Es cuestión de personalidades a las mujeres le suelen gustar los gatos por las cualidades que ya mencionaste independecia, astucia, autosuficientes, cariñosos, etc, y los hombres les gustan los perros por que son simples, tanto hombres como mujeres se ven identificados personalmente prefiero los gatos a los perros pero de elegir una mascota elgiría algo diferente @LuisBecerraO
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