Domingos

Los domingos llueve.
Los domingos me levanto tarde.
Los domingos me duele la cabeza.
Y últimamente los domingos son toditos para mí.

Hoy salí (¡Aleluya!) no sé bajo efectos de qué gran poder divino, pero la verdad es que no tenía ni medio bocado para comer.
Caminaba y pensaba que después de muchos otros domingos, hoy cambié mi rutina y dejé de no salir en domingo, para por fin salir en domingo, aunque sólo fuera a la tiendita de pizzas y yogures.
Regresé y pensé que sería bueno hacer otras cosas diferentes en domingos y entonces fue que cambié mis llaves a dos llaveros que nunca había usado, sentí feo por mi llavero de disney, que es a la vez collar, pero ya lo usé dos años.
Después quise experimentar con otras cosas y se me ocurrió cambiar mi cama de ubicación, y como no tiene cabecera, fué fácil mover mis almohadas, tan sólo al lado contrario, así que amaneceré de cara al sol, ¡después de dos años!.
Recordé que en la semana cambié otras cosas, mudé mi navegación a Google Chrome y dejé después de dos años, a Mozilla Firefox.

Dicen que un cuadro en la pared, si siempre está ahí, cuando lo quitas nadie se da cuenta. Pero sabes que lo quitaste y te acostumbras a que no esté.

Así me pasó hoy. Me doy cuenta que en dos años te cuesta sacar algo o alguien de la cabeza, pero es obvio que no es tan fácil como cambiar los llaveros, no es fácil, pero tampoco imposible.

Seguiré cambiando cosas, porque dos años es demasiada falta de nuevas tendencias para mi vida.